Sentirte aislado de todo en La
Graciosa, no es una posibilidad, es
una obligación. La Isla más virgen de
las Islas Canarias nos espera con sus
playas paradisiacas y ambiente de
relax único.
Se nos hace la
boca agua, pensando en susplayas
doradas, sus plácidas casas tendidas
en el lienzo ocre arenoso o en
el mar turquesa que la
acaricia. Esta isla es
para viajeros especiales,
sensibles, que saben disfrutar de
la naturaleza, del silencio, de
la belleza, y cómo no del sol y de
playas solitarias.
La Graciosa es probablemente uno de los pocos lugares de Europa donde todavía no hay carreteras asfaltadas. Es la más desconocida y la quederrocha más serenidad de las Islas Canarias.